As many of us know and have experienced, living in another country changes you forever. You will never be the same and will never see things the same way again. I mentioned this to a friend after having lived abroad for a year. She looked at me confused and responded, “Oh come on, don’t be so depressing!”
Yet, for those of us who have lived abroad, this is simply the way it is.
Una de las cosas que más me cuesta explicar a alguien que siempre ha vivido en el mismo lugar, es la sensación de no pertenecer a ningún sitio. Es una especie de ansiedad, de no estar a gusto, de que falta algo… Yo lo llamo “síndrome del viajero eterno”, porque una vez que picas ya no hay vuelta atrás, y me he cruzado con muy pocas personas que sepan a qué me refiero. Los expertos lo llaman “choque cultural reverso” (y tiene un cuadro de síntomas médicos que os ahorro).
En su forma más sencilla, sería algo tal que así: al irte de una ciudad, tu memoria de esa ciudad se fija en ese momento y permanece inalterada para siempre. En nuestro nuevo hogar, siempre echaremos de menos esa ciudad e incluso idealizamos ese recuerdo. La realización de que uno sufre el síndrome se produce al volver y es por eso que estaenfermedades tan cruel; es entonces cuando nos damos cuenta que ese lugar idealizado en nuestra memoria ha seguido evolucionando sin nosotros y que ya no tenemos esa familiaridad que recordamos. El efecto es más fuerte cuanto más distintas sean las culturas entre sí y cuanto más tiempo haya pasado (por norma general).
Y así entras para siempre en una dinámica en la que nada es casa. Quieres vivir en una ciudadcollagede recuerdos, experiencias y personas. Una mezcla de estilos, arquitecturas, gastronomías… Una ciudad mezcla de los recuerdos de todas las ciudades que has amado. Pero esa ciudad no existe.
Y el que no ha viajado más que de vacaciones no lo entiende. Y te dirá “No es para tanto”. Y para él (o ella) casa siempre será un lugar concreto. Generalmente se entiende que tienes que vivir en otro lugar al menos un año para notar los efectos.
Hace poco leí un artículo en inglés cuyo título podríamos traducir por “Volver a casa tras vivir fuera ” y que lo explicaba de maravilla. Una de las cosas que decía la autora, Corey Heller, es que tiene esa sensación de querer volver todo el rato, pero cuando vuelve en realidad está deseando irse de nuevo. Esto es algo que he sentido muchas veces, pero no había acabado de entender a qué se debía.
También explica que conocer otras culturas te cambia para siempre, y que a pesar de no encontrarte “en casa” en ningún sitio, es un sacrificio que se volvería a hacer dada la oportunidad.
Coincido con ella en que lo que pierdes en familiaridad de tu ciudad, lo ganas en familiaridad internacional; te conviertes en un animal de aeropuertos, y los check-ins y los controles de seguridad se convierten en algo trivial. Te conviertes en una persona más observadora y te resulta más fácil coger los principios básicos de la cultura en la que te encuentras y adaptarte a ellos.
Los que sois un poco nómadas sabréis que al final hay esas pocas cosas, o esas pocas personas que serán “casa” para nosotros allá donde vayamos. Y algunos tendrán la suerte de que esas personas les acompañen y casa será cualquier lugar.
Thus, the final question I ask myself is no longer whether I will ever have that complete sense of home again, that sense of knowing I belong in one place above all others without doubt. I now ask myself how I can feel at home where I am at this very moment, in this place, with these experiences; each moment finding my way back home.
Busco un lugar en esta ciudad donde esconderme de la corriente que me lleva, busco ese lugar. Dime la verdad, es que no existe? Quiero perderme, romper las barreras, huir para siempre, echar a volar. Dime la verdad. Quiero encontrar sobre la marcha un sitio donde ir. Volver y descubrir que nada sigue igual. Decidir un camino y sin aviso previo cambiar de dirección. Empezar el día sabiendo hacia donde caminar y acabar del revés de lo planeado. No planear. Pero, dime la verdad. Ahora se que no se nada. Quiero, perder el miedo. Andar. Vivir con menos teniendo más. Ahora que el tiempo ya no pasa por aquí, me encuentro esperando el momento. De verdad, me canse de esperar. Solo quiero soñar con los ojos abiertos . Deja que te hable de mis sueños, que con el tiempo se escondieron. Si quieres te los cuento, los escribí en un libro abierto. Pero, dime la verdad. Que hay de malo en perseguir los sueños? Que hay de malo en soñar despierto?
Quiero elegir del mapa un lugar sin nombre a donde ir
será el lugar donde viva lo que quede por vivir (y eso es mucho tiempo!)
por eso de cada viaje me traigo el equipaje perdido
por eso es que he decidido nunca olvidar
nunca olvidar.
Como escuchar una canción cuando más lo necesitas, como entrar en un café en una tarde fría de invierno, como sacarse una camiseta empapada en sudor después de una larga carrera, como volver después de mucho tiempo y ver que nada ha cambiado, como la primera flor en abril después de tanta nieve, como sacarte de las Chirucas después de una larga excursión, como oír la lluvia desnudo des de la cama los domingos, como un suspiro que empaña las gafas del frio, como de cálido es el alivio, vuelve, te extrañamos....